Las elecciones en los EEUU, primer round

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Acabo de regresar de los Estados Unidos de un viaje de una semana participando en una visita con un grupo de españoles del mundo de la política, el periodismo y la comunicación. Se trata de un programa de intercambio y liderazgo que está organizado por la embajada de los Estados Unidos en Madrid como un medio de dar a conocer su realidad política, social y económica y permitir que se traben contactos entre personas de ambos países.

El momento es apasionante puesto que nos ha permitido conocer por dentro la campaña electoral para las presidenciales del próximo primer martes de noviembre. En el viaje, organizado por el Meridian International Center, una organización sin ánimo de lucro, hemos visitado las ciudades de Washington y Tampa (Florida), uno de los 'swing states' clave para estas elecciones en las que los europeos siempre pensamos que nos jugamos tanto como los propios americanos.

En ellas hemos mantenido reuniones con jóvenes republicanos y demócratas en la universidad, hemos asistido a una magistral clase de un profesor de ciencia política sobre el sistema federal americano, visitado las instalaciones de control y supervisión del proceso electoral en el condado de Pinellas, aprendido sobre redes sociales y comunicación en el New Organizing Institute o asistido a sendos actos electorales de Romney y Obama. Además, hemos podido valorar la posibilidad de intercambio de conocimientos y oportunidades entre España y los EEUU con el cónsul honorario de España en Florida y parte de la comunidad española emigrante.

Hay una primera conclusión, obvia. Somos dos países muy diferentes. Muchos de los tópicos que todos escuchamos de los Estados Unidos se confirman cuando los vives allí entre otras cosas porque la cultura americana ha sido exportada de forma feroz a todo el mundo y apenas nos resulta extraña. Pero los tópicos son solo eso, tópicos. La realidad es que ese país es tan complejo, poliédrico y plural como cualquiera. O más.

Y la realidad es, también, que allí están preocupados por las mismas cosas que nosotros. En nuestras reuniones y en la propia campaña electoral hemos compartido propuestas e ideas sobre cómo crear empleo en estos tiempos de crisis, sobre la igualdad de las mujeres, la mejora del sistema electoral, los problemas de la educación o la sostenibilidad del sistema sanitario. Incluso, salvando las distancias, de la desafección de los ciudadanos con la política. La batalla política es global e, incluso allí, donde la izquierda y la derecha no significan lo mismo, se ven claramente dos concepciones diferentes para interpretar el mundo, dos formas de solucionar los problemas y dos caminos para salir de esta crisis.

Nos guste más o menos, los Estados Unidos son imprescindibles para que en Europa y España salgamos de la crisis. Las decisiones unilaterales son apenas efectivas y, con muchos matices, no es igual para el mundo que gane quien piensa en equilibrar la balanza que quien afirma con orgullo en un mitin electoral que la solución es "menos impuestos, menos regulación y menos gobierno". Como os decía, es el mismo juego, con diferente baraja.
Os iré contando más...

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